El centro comunitario, que acoge a más de 100 niños y voluntarios dedicados, también sirve como centro de formación y talleres. Está equipado con una cocina industrial, una farmacia, una sala de exploración médica, oficinas modestas y una panadería. Aunque el centro ofrece instalaciones básicas y esenciales, siguen existiendo numerosas necesidades sin cubrir.
Una sección del centro comunitario carece de un suelo adecuado y, durante la temporada de lluvias, las inundaciones se convierten en un problema importante. Los voluntarios que preparan la comida deben atravesar el barro, lo que crea condiciones poco ideales tanto para los voluntarios como para los niños. Su apoyo puede ayudarnos a adquirir los materiales necesarios para instalar un suelo adecuado, garantizando un entorno más seguro y digno para todos los involucrados.